Quiero elevar una plegaria
de agradecimiento a ti, mi buen Dios y Padre, no sólo por el don de la vida que
con inmenso amor me has concedido, sino por todo cuanto haces en cada milésima
de segundo.
Gracias por tu amor
misericordioso, que me levanta de cada tropiezo que tengo,
gracias por mirarme como lo
haces,
gracias por darme nuevas
oportunidades,
gracias por ser mi fuerza,
gracias por ser mi luz,
gracias por ser mi camino,
que aunque en ocasiones quiera perder el rumbo,
tú cuan brújula me guías,
gracias por secar mis
lágrimas,
gracias por saciar mi sed,
gracias por alimentarme con
tu palabra, con tu cuerpo y sangre,
gracias por siempre creer en
mí, aún cuando yo mism@ he dejado de hacerlo.
Una sencilla palabra, que al
pronunciarla produce tantos sentimientos,
GRACIAS QUERIDO PADRE
A Ti el poder, el honor y la
gloria, por los siglos de los siglos.
Amén
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