domingo, 2 de marzo de 2014

Evangelio del día DOMINGO 2 de marzo 14



Evangelio de la Fe

Domingo 2 de marzo de 2.014

San Mateo 6, 24-34

Las preocupaciones

Mat 6:24  Nadie puede servir a dos señores, pues o bien aborreciendo al uno, menospreciará al otro, o bien adhiriéndose al uno menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. 
Mat 6:25  Por esto os digo: No os inquietéis por vuestra vida, sobre qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, sobre qué os vestiréis. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido? 
Mat 6:26  Mirad cómo las aves del cielo no siembran, ni siegan, ni encierran en graneros, y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas? 
Mat 6:27  ¿Quién de vosotros con sus preocupaciones puede añadir a su vida un solo codo? 
Mat 6:28  Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Mirad a los lirios del campo cómo crecen: no se fatigan ni hilan. 
Mat 6:29  Yo os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de ellos. 
Mat 6:30  Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana es arrojada al fuego, Dios así la viste, ¿no hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe? 
Mat 6:31  No os preocupéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, qué beberemos o qué vestiremos? 
Mat 6:32  Los gentiles se afanan por todo eso; pero bien sabe vuestro Padre celestial que de todo eso tenéis necesidad." 
Mat 6:33  Buscad, pues, primero el reino y su justicia, y todo eso se os dará por añadidura. 
Mat 6:34  No os inquietéis, pues, por el mañana; porque el día de mañana ya tendrá sus propias inquietudes; bástale a cada día su afán."


Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)
"Palabra del Señor"
"Gloria a ti Señor Jesús"


Meditación:

Las preocupaciones

Cumple con tu deber, y ha todo lo más y mejor que puedas, en cada área de tu vida.
Tendrás, como todos, momentos, tiempos de preocupaciones, y aún teniéndolos y estando preocupado, no podrás añadir a tu estatura un sólo codo.
Un hijo de Dios, su mayor preocupación, que es salvarse, la tiene solucionada, porque si quiere ya, está salvado por Cristo; y si está bautizado y cumple con la doctrina católica, tiene todas las ventajas de este mundo para vivir eternamente en el Cielo.
Si tienes el Cielo ganado, lo de la tierra, puedes intentar solucionarlo, porque lo peor que te puede pasar aquí, es morirte, y si te mueres, tienes el Cielo ganado por Cristo, así que ¡tranquilo!; lo de este mundo, lo vas solucionando cada día, orando y estudiando la situación, aprendiendo de tus errores y de los errores de los demás. Sólo tienes que cumplir con tu deber de estado, y buscar soluciones. ¡Tienes el Cielo ganado, amigo!

P. Jesús


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